En ocasiones nuestras mascotas sufren enfermedades de curso crónico que podemos prevenir fácilmente.
Un ejemplo son las enfermedades de la cavidad bucal que observamos cuando ya está instaurada la patología y podemos prevenir fácilmente, como la Enfermedad Periodontal, muy frecuente en felinos, que también se presenta en los caninos.
Esta patología afecta tanto a la encía como los dientes.En primera instancia se deposita lo que denominamos placa dental, que es un complejo de glucoproteinas, bacterias y células muertas, al que se suma el calcio y forma el característico sarro de los dientes. Una vez que se forma este sarro se contacta con el borde de la encía y esta última se inflama produciendo lo que se denomina gingivitis marginal. Este proceso continua inflamando la encía y retirándola paulatinamente y quitándole sostén la pieza dental, sucesivamente se acumula mas sarro y nos damos cuenta de este proceso por el mal olor o porque simplemente nuestro gato no come o lo hace con dificultad.
No debemos dejarlo llegar a este ultimo estadio y para eso hay que prevenir. Porque, si bien no podremos curar la enfermedad periodontal, sí debemos controlarla para que no avance.
Para prevenirla debemos acostumbrar a nuestra mascota a una limpieza por lo menos semanal con cepillo blando o solamente con nuestro dedo y una solución de clorexidina al 2 %.
Si la enfermedad periodontal ya está instalada se procede a realizar una limpieza oral manual o ultrasónica con el posterior pulido de la pieza dental, luego continuamos con la limpieza, por lo menos semanalmente, con cepillo blando o simplemente con el dedo, como ya hemos dicho. Luego, hay que controlar al paciente cada seis meses.
Si la gingivitis continua se debe descartar otras patologías que consultaremos con nuestro médico veterinario de confianza.
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